Como si fuera un juego de pinzas, dos temas se
colaron al unísono en la agenda del fin del verano:
la solución —o no— para el predio de disposición
final, y la negativa provincial a dar cobertura de
seguridad en la vía pública al recital de La Renga
en el Polideportivo de la ciudad.
El Gobierno provincial hace como que está en otro
lado con la cuestión de la disposición de residuos,
pero opera por medio de la OPDS y el CEAMSE
creando las condiciones para llevar el contrato de
disposición al final deseado. Claro que no están
solos: los accionistas marplatenses, enfrentados
en la última PASO, hoy actúan sinérgicamente.
Santiago Bonifatti le apunta al intendente
políticamente y hace leña del actual jefe comunal,
apuntando que la dinámica de problemas existentes
es consecuencia del accionar exclusivo de esta
gestión, a la que califica de inoperante. Es curioso:
lo dice el mismo actor político que entregó el
EMVIAL con el 85% del parque de maquinarias
en estado calamitoso y las cuentas sin pagar a las
canteras que proveen la piedra y la granza para
reparar o asfaltar las calles.
El otro actor de estas horas en el mismo plano es
Marcelo Fernández, edil que estuvo por años en
Asuntos de la Comunidad direccionando recursos
fiscales, entregando dinero de la hacienda pública
a los vecinalistas que se encolumnaban detrás de
AM en la idea de construir el partido de la ciudad.
El saldo de su accionar es gravoso y hay clara
cuenta de ello. No obstante, alfil del exintendente
GAP al fin y al cabo, introdujo denuncia penal por
el estado del basural, como si él fuera un recién
llegado a la cosa pública.
La disposición final —el programa GIRSU, hoy
bajo escrutinio legal en el juzgado de Claudio
Bonadío, con tres exjefes de gabinete nacional
sometidos a proceso— tiene un capítulo que aún
no se abrió: el rol de la OPDS en todo el armado
en estos años. Si bien el actual responsable comunal
del tema —Eduardo Leitao— es cuestionado por
todo el gabinete, sólo sigue porque el intendente
lo sostiene contra toda opinión. Sin embargo,
atribuirle penalmente a Leitao el estado de las
cosas es, cuando menos, mendaz. Se da una vez
más el mismo esquema que atosiga al intendente
desde que llegó al sillón principal del Ejecutivo
municipal. Su fuerza política pequeña no está
dotada de los mejores cuadros. Desconfían de todo
y de todos, y las peculiaridades personales de
Arroyo han declinado acciones que hoy pintarían
otro cuadro.
Es inconcebible que los accionistas marplatenses
hablen como hablan; si se hubiera hecho auditoría
de asfaltos y de entrega de recursos a entidades de
fomento que no cumplían mínimos legales, los
resultados se hubiese transformado en denuncias
penales, y otro gallo cantaría.
El otro tema, el del recital de La Renga, es casi un
paso de comedia. Funcionarios policiales le habían
advertido a Pablo Baldini hace un mes que no había
predisposición ni de la gobernadora Vidal ni del
ministro Ritondo a facilitar el personal policial
necesario. Jugaron al filo, pretendiendo que la
situación se estableciese como que era la comuna
la que impedía el recital. Hoy, nada
sorprendentemente, alguien le acercó a Baldini
la solución: “Hablá con Guillermo Montenegro,
es tu ticket de salida”. Cualquier parecido con
una opereta de instalación del vecino de San
Isidro como actor político local solucionador
de problemas no es mera coincidencia…
Como si fuera un juego de pinzas, dos temas se
colaron al unísono en la agenda del fin del verano:
la solución —o no— para el predio de disposición
final, y la negativa provincial a dar cobertura de
seguridad en la vía pública al recital de La Renga
en el Polideportivo de la ciudad.
El Gobierno provincial hace como que está en otro
lado con la cuestión de la disposición de residuos,
pero opera por medio de la OPDS y el CEAMSE
creando las condiciones para llevar el contrato de
disposición al final deseado. Claro que no están
solos: los accionistas marplatenses, enfrentados
en la última PASO, hoy actúan sinérgicamente.
Santiago Bonifatti le apunta al intendente
políticamente y hace leña del actual jefe comunal,
apuntando que la dinámica de problemas existentes
es consecuencia del accionar exclusivo de esta
gestión, a la que califica de inoperante. Es curioso:
lo dice el mismo actor político que entregó el
EMVIAL con el 85% del parque de maquinarias
en estado calamitoso y las cuentas sin pagar a las
canteras que proveen la piedra y la granza para
reparar o asfaltar las calles.
El otro actor de estas horas en el mismo plano es
Marcelo Fernández, edil que estuvo por años en
Asuntos de la Comunidad direccionando recursos
fiscales, entregando dinero de la hacienda pública
a los vecinalistas que se encolumnaban detrás de
AM en la idea de construir el partido de la ciudad.
El saldo de su accionar es gravoso y hay clara
cuenta de ello. No obstante, alfil del exintendente
GAP al fin y al cabo, introdujo denuncia penal por
el estado del basural, como si él fuera un recién
llegado a la cosa pública.
La disposición final —el programa GIRSU, hoy
bajo escrutinio legal en el juzgado de Claudio
Bonadío, con tres exjefes de gabinete nacional
sometidos a proceso— tiene un capítulo que aún
no se abrió: el rol de la OPDS en todo el armado
en estos años. Si bien el actual responsable comunal
del tema —Eduardo Leitao— es cuestionado por
todo el gabinete, sólo sigue porque el intendente
lo sostiene contra toda opinión. Sin embargo,
atribuirle penalmente a Leitao el estado de las
cosas es, cuando menos, mendaz. Se da una vez
más el mismo esquema que atosiga al intendente
desde que llegó al sillón principal del Ejecutivo
municipal. Su fuerza política pequeña no está
dotada de los mejores cuadros. Desconfían de todo
y de todos, y las peculiaridades personales de
Arroyo han declinado acciones que hoy pintarían
otro cuadro.
Es inconcebible que los accionistas marplatenses
hablen como hablan; si se hubiera hecho auditoría
de asfaltos y de entrega de recursos a entidades de
fomento que no cumplían mínimos legales, los
resultados se hubiese transformado en denuncias
penales, y otro gallo cantaría.
El otro tema, el del recital de La Renga, es casi un
paso de comedia. Funcionarios policiales le habían
advertido a Pablo Baldini hace un mes que no había
predisposición ni de la gobernadora Vidal ni del
ministro Ritondo a facilitar el personal policial
necesario. Jugaron al filo, pretendiendo que la
situación se estableciese como que era la comuna
la que impedía el recital. Hoy, nada
sorprendentemente, alguien le acercó a Baldini
la solución: “Hablá con Guillermo Montenegro,
es tu ticket de salida”. Cualquier parecido con
una opereta de instalación del vecino de San
Isidro como actor político local solucionador
de problemas no es mera coincidencia…
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