CRONICA DEL VERANO: MAR DEL PLATA, EL GRIEGO ELIADES Y LOS ALFAJORES

Por Jose Luis Ponsico
para Agencia Periodistica de Buenos Aires


En la Argentina se consumen por día unos 11 millones de alfajores de distintas marcas. La Universidad del Litoral, con sede en Santa Fe, había realizado hace dos años y medio un estudio previo. El objetivo: extender la garantía de duración del alfajor de 90 a 180 días.
El trabajo académico apuntó a la pretensión comercial de duplicar en el exterior la vida útil del alfajor argentino. Bajo el título periodístico de “Alfajores for export”, el diario marplatense La Capital aludió al “enfoque científico” de esa investigación.
No hace mucho, se cumplieron 62 años de la irrupción de una marca muy marplatense: Havanna, una institución en la especialidad. Fue una inspiración del antiguo boticario de origen griego, el luego célebre, Demetrio Elíades (´40).
Una generación de tipos “audaces, geniales”, Elíades se diría de él mismo mucho después, como así también de Aristóteles Onassis, su colega griego y naviero. Tan millonario como el anterior, menos popular y apellidado Niarkos, capaz de “encender un cigarrillo debajo del agua”, decía el primero del segundo.
La leyenda local – Mar del Plata 170 mil habitantes en el´47 - ubica a Elíades, que no llegaba a los 40 años por entonces, yendo a pagar el alquiler del local (“todo como en botica”) del negocio que explotaba, venta de medicamentos, en la zona de la Terminal.
Allí “descubrí la pólvora”, le dijo después a uno de sus allegados. En este caso “bañada en chocolate”, agregó. “Alquilé un garaje en una casa y contraté empleadas. Así, comenzó la elaboración para varias panaderías”, evocó alguna vez.
La dueña de la propiedad era una señora de origen italiano (o español, no llegó a saberse bien, una verdadera artesana e “inventora” de los alfajores. No trascendió demasiado.
Sí se supo que fue la promotora de los famosos Havanna, que hoy representa el 70 por ciento de la producción nacional y exporta al mundo.
“Demetrio … ¿ quiere probar un alfajor casero que hice para mí familia ?”, habría sido el disparador de esta historia lugareña que tiene 63 años de vida. “María esto es exquisito. ¿No quiere que lo fabriquemos ?”, dicen que respondió el ingenioso Elíades.
El culebrón concluyó con el pago de varios meses de alquiler por adelantado al no recibir, la señora, el ofrecimiento por parte de Demetrio Elíades de, ¡le compro la fórmula…!; o quizá, el interrogante: “¿cómo los hace y qué llevan?”.
Si uno remite a la imaginación en el tiempo, una de las fortunas de Mar del Plata se montó sobre el pago de tres o cuatro meses de alquiler. Hoy, unos 1.500 dólares.
En 1948, el Boletín Oficial dio a conocer la sociedad de Elíades con Luis Sbaraglini y Benjamín Sisterna. La firma inundaba el mercado de alfajores. Con el advenimiento de Mar del Plata “onda Nueva York”, balneario con edificios de propiedad horizontal de veinte pisos, se impusieron los Havanna y una tradición repostera de los argentinos.
Todo éxito es “contagioso”, diría cualquier estudiante de Administración de Empresas de este tiempo. En pocos años tenía competencia. Así, entonces, se conocieron los alfajores Gran Casino, y más tarde, a mediados de los´60, los Balcarce.
Mar del Plata no era solamente un balneario fenomenal y Balcarce un paisaje serrano que tuvo como hijo al extraordinario Juan Manuel Fangio y las mayores cosechas de papa de la zona. El turismo giraba, en buena medida, en torno a los deliciosos alfajores.
En cuatro décadas y como parte de una escala técnica, miles de turistas, antes de regresar a la Capital Federal y al resto del país, suelen hacer una parada para comprar alfajores, infaltables en el regreso. Es famosa la parada sobre el tramo de la avenida Constitución, que lleva a miles de automovilistas hacia la Ruta 2.
Elíades, precisamente en los´60, era dueño de una de las mayores fortunas de Mar del Plata. Falleció en 1965 y Havanna se transformó en noticia hace seis décadas.